lunes, 27 de agosto de 2007

blogs como herramienta educativa


Es muy simple decir que los jovenes de hoy no leen y no escriben. Probablemente no lean ni escriban lo que nosostros pensamos que deberían o con la profundidad y reflexión que quisiéramos, sin embargo, habría que hacer un esfuerzo por entender su mundo y, desde ahí ayudarles a ser más críticos. Ellos escriben y leen constantemente, lo hacen en sus celulares y en sus computadoras. En mis cursos del Tecnologico de Monterrey estamos elaborando blogs que les sirvan de escaparate para expresar lo que vemos en clase y todo aquello que sientan y quieran contar libremente. No hay censura ni correcciones ortográficas, es un espacio de expresión que pretende que los jóvenes descubran su potencial y las múltiples posibilidades que la comunicación permite. Aquí las direcciones:


domingo, 19 de agosto de 2007

El Quijote Y Shrek ( publicado en la revista Algarabía)


La tarde que comencé a preparar mi artículo sobre el quijote, miré por la ventana una nube. En ella descubrí la forma de un caballero con lanza que hirió a una nube, como consecuencia comenzó a llover. No sé realmente si la figura que vi es un invento que quise ver o el recordatorio de que el Quijote vive más que Cervantes, vive más que ustedes mismos y que yo. Ha sobrevivido a los tiempos y cabalga en los medios de comunicación, en los cuentos y en la revista Algarabía.
Cuando me enfrento a mis alumnos o a mis hijas e intento explicarles la grandeza de este personaje la misión se vuelve de alto riesgo, insinuar siquiera que lean dos imponentes tomos suscita la burla y debo emprender la retirada para considerar un nuevo y mejor planeado embate.
Mire de nuevo a mi nube en busca de un plan, ella me recordó que es el Quijote la novela más actual de todas, que retrata a un hombre imposibilitado de ser lo que sueña, igual que todos nosotros, pero que se atreve y se inventa ¿Quién no tiene una dulcinea, un amor que idealizamos y que los demás encuentran ordinario?
Para entender a Cervantes y a su Frankenstein, hay que comprender su tiempo. El hombre pasó de una infancia protegida que fue la Edad Media (un mundo dividido entre el bien y el mal cuyo único propósito era lograr el paraíso celestial, un cuento de príncipes y princesas que viven felices para siempre mientras encajen en el orden que aspira la vida eterna) a un tiempo adolescente que se llamó Renacimiento. Una época rebelde que cuestiona la rigidez de la edad media y se pregunta ¿si soy igual a Dios, porqué debo esperar a morir para gozar? ¿Por qué si siento deseos de ser y tener más debo conformarme con ser lo que no quiero?
Don Alonso Quijano ha cabalgado entre los lectores sufriendo o ganando en cada época una nueva interpretación, él y Sancho encarna la lucha entre las dos posturas humanas, el idealismo y el realismo; es una severa crítica a la política de su época, una despedida nostálgica de la Edad Media y el enfrentamiento del individuo ante un mundo moderno y hostil. Para el hombre del neoclásico era percibido como un loco gracioso, incluso ridículo; en la América recién independizada el Quijote es un símbolo de las más altas cualidades del ser humano, símbolo del hombre de república, modelo que los políticos latinoamericanos deben seguir.[1] Para los modernistas es el Quijote alegoría y bandera de la hispanidad, un protector que debe guardar las costumbres de nuestra herencia española ante la amenaza de del imperio norteamericano[2]. La generación del 98 lo toma casi como un santo un ser místico que personifica los valores del cristianismo[3] . Para Jorge Luis Borges la obra de Cervantes es un ejemplo de la incertidumbre entre realidad y ficción y es el Quijote el ejemplo que gesta la teoría de la recepción en su cuento Piere Menard autor del Quijote, en el que ilustra magistralmente cómo el contexto determina la interpretación de la obra de arte, y plantea al lector como creador. Juan José Arreola pondera en Teoría de Dulcinea” el sentimiento amoroso como motor que impulsa al héroe a la locura y al cumplimiento de la proeza.
En fin el Quijote como icono de renovación, del poder creador de la imaginación, caballero de nuestra lengua, crisol que ampara a la diversidad y que otorga voz a la minoría ignorada, a los viejos en quienes persiste la sed de aventuras, en los feos que el amor embellece, en los pobres que sueñan con gobernar islas y en los locos que se atreven a soñar.

Todo esto suena muy bien, me dije, pero no son argumentos que convenzan a los jóvenes para acercarse al Quijote. Pensé entonces que las aventuras de Quijano debían ser traducidas y fue entonces que pensé en Shrek como recurso. Espero que los puristas literarios no se ofendan con la comparación que al fin y al cabo la causa es noble. Así que me propongo comparar a ambos personajes en aras de una traducción fantástica que permita a las nuevas generaciones descubrir la modernidad de la obra de Cervantes.
Toda época de crisis engendra la parodia, como obra de la una saturación, cada época se encuentra al fin de su ruta con las ilusiones perdidas por la muerte de la utopía que le dio origen. El renacimiento fue, por ejemplo, una era de esplendor que entregó su confianza y sueños hacia el humanismo. Tras los logros innegables del periodo, el hombre descubre que dicha renovación ha traído también la incertidumbre y la angustia en una sociedad donde conceptos como libertad e igualdad derrumban las viejas estructuras y quiebran el orden medieval. Podemos entender al medioevo como un tiempo infantil, imperfecto pero certero donde Dios padre y la madre iglesia resguardan a sus hijos y en cada feudo el individuo ocupa un sitio inalterable, el Renacimiento, y posteriormente la Revolución industrial se pueden vislumbrar como un periodo adolescente donde los individuos se sienten omnipotentes por un lado, pero experimentan la angustia de saber que poseen libre albedrío, que su destino les pertenece y que se encuentran terriblemente solos. Este sentimiento es el origen de la modernidad. Por todo ello no es casual que el Barroco haya sido un periodo crítico donde los hombres se percatan de que la embriaguez renacentista los devuelve a las angustias primarias ontológicas: la ineludible muerte, la volatilidad de la felicidad y la inexistencia de la utopía.
El Quijote, caballero Barroco, que representa la pérdida de las ilusiones, la heroicidad del hombre mediocre (sin ser peyorativo), el derrumbe de la certeza, la relatividad de la realidad, es decir, no existe una historia oficial sino varios puntos de vista. Es en este sentido que la Novela de caballería representa la agonía de la Edad Media, y es el Quijote quien acaba con este sueño al poner ante el espejo al héroe Barroco: un hombre que se aferra a un sueño inconquistable, un hombre vulnerable, enamorado de una mujer corriente. Su grandeza estriba en su derecho a inventarse, la locura de saberse vivo para la muerte sin embargo luchar por conquistar la vida.
El análisis del Quijote es sumamente complejo puesto que posee muchos planos y niveles de interpretación, el caso de la película Shreck es más simple, se trata de un texto más sencillo, sin embargo existen muchos paralelos entre estos dos textos que nos pueden dibujar las épocas y circunstancias que les dieron origen. Es importante señalar que todas aquellas técnicas literarias que llamamos post modernas se encuentran o son tomadas del Quijote, considerada la primera novela moderna. Las artes se influyen entre sí por lo que (la novela y el cine que son géneros muy similares, no son la excepción)
La fabula en Shrek obedece a la fábula tradicional, organizando las acciones y personajes tal y como lo señala Vladimir Propp respecto de los cuentos de hadas. La trama se resume en un héroe que sale de su aldea para rescatar a una princesa de las garras de un dragón. Hay un villano que se opone al compromiso de héroe y princesa y que intentará por todos los medios de evitar el idilio. El personaje de burro e incluso el dragón (posteriormente) actúan como ayudantes del héroe. EL beso es el elemento mágico que rompe el hechizo al que la princesa está condenada y la conclusión es idéntica al final tradicional: la boda que representa el final feliz.
Podemos afirmar que la novela de caballería y el cuento de hadas son parientes cercanos, en su origen, los cuentos de hadas no era orientados hacia el público infantil, eran historias iniciáticas tribales en un principio, posteriormente leyendas morales que procuraban orientar a los individuos de una sociedad. Su transmisión fue en principio oral, al igual que la leyenda, es probable que tuviesen un germen de realidad que se fue contaminando de magia para engrandecer su simbolismo. La novela de caballería surge en la Edad media como idealización al caballero de las cruzadas y exalta las virtudes y heroísmo de estos caballeros que luchaban por recuperar el cáliz o Santo Grial (en muchos sentidos identificado como símbolo y metáfora de lo femenino, de la herencia del Mesías e incluso como un camino espiritual) en esta aventura, el caballero como el héroe del cuento folclórico se enfrenta a un oponente representado por un ogro, un dragón, un mago etc. Su premio al final de la historia es la dama virtuosa con la que contraerá nupcias. La fábula del Quijote es radicalmente distinta aunque parte del mismo origen, pero su intención es poner en evidencia lo ridículo de una pasión colectiva (la novela de caballería) y retratar la épica de la vida real, el héroe moderno que se enfrenta a la difícil e imposible batalla de empatar la realidad a sus sueños.
Alonso Quijano ha enloquecido por la lectura de las novelas de caballería, decide a sus cincuenta años dar vida a aquello que lee. Desencantado en un imperio agónico (derrota de la armada invencible ante Inglaterra, empobrecimiento de la corona española) decide ir por los caminos de la Mancha vestido como caballero del s XV en el s XVII, con la misión de deshacer entuertos, salvar princesas etc. Sancho además de fungir como su ayudante, empleando los términos de Propp, es su contraparte, la acción es simple: el Quijote se involucra en múltiples aventuras que pasan de ser eventos cotidianos gracias a la imaginación del protagonista. Realmente no pasa nada, la realidad no se transforma, la transformación se da en la psicología de los personajes y, me atrevo a decir, en la percepción del lector. A medida que los acontecimientos se desarrollan el Quijote recupera la razón, al hacerlo pierde las ilusiones y muere; por su parte Sancho se Quijotiza pues toda la fantasía de su amo que en un momento le resulta ridícula, cobra sentido y le da razón a su existencia. Los lectores nos miramos al espejo al descubrir que la realidad, tal como nos señala Alonso Quijano en su aventura no es más que un juego de percepciones, la verdad no existe, cohabitan distintas versiones que se amoldan a los ideales y percepciones particulares. Pero ante todo, es nuestra vida la heroica cruzada por reinventarnos a diario y aferrarnos a nuestros sueños. En la parodia se encuentra entonces un fiel retrato de la vida humano, un tanto ridícula, un tanto conmovedora en la búsqueda de ideales inalcanzables en un ser perecedero e imperfecto: conquistar la vida eterna, la justicia, la felicidad, la verdad y la belleza, imposibles en un ser dialéctico hecho de contradicciones, pero es la búsqueda sublime de lo inaccesible aquello que valida nuestra existencia.
Ante toda esta lectura del Quijote, la comparación con un cuento infantil creado por la industria de consumo parecería trivial, sin embargo, considero importante reflexionar acerca de la parodia en el cuento infantil. Si, como he mencionado en los párrafos anteriores, la parodia se da como agotamiento de un sistema, surge en periodos de decadencia, es probable pensar que el cuento tradicional se encuentre en crisis. Esta afirmación implica que es probable que los valores que dichas narraciones intentaban transmitir son obsoletas en nuestra época y son otros valores los que intentan colarse en la parodia mediante la ridiculización de lo obsoleto. La intención en este trabajo será probar esta afirmación mediante el paralelo entre las dos obras, la comparación de contextos, el empleo de técnicas intertextuales tales como la parodia y el pastiche, la metalingüística y el énfasis en la otredad.

La comparación vino a mi mente cuando vi al verde personaje vestido con armadura dispuesto a salvar a la princesa. Comprendí que el absurdo se da en poner al antihéroe como héroe. Es lo mismo con Don Alonso, que es lo opuesto al caballero andante. Uno es un ogro, villano por excelencia, el otro es un anciano antítesis del príncipe gallardo. La temporalidad se ve alterada en ambas historias, en el Quijote la nostalgia por el pasado provoca que un viejo loco salga a la “modernidad” de entonces (termino relativo) con una armadura caduca y que no se usa más, a luchar por los valores medievales, causando con ello la risa. En Shrek, la risa es suscitada por que en un mundo aparentemente medieval se entromete la modernidad, y escuchamos a burro cantar canciones actuales y vemos al imperio Disney aparentando ser un castillo feudal, también vemos a un hada madrina cuya labor se parece más a la de un cirujano plástico y vemos a Rodeo Drive y las marcas comerciales esconderse tras caracteres góticos.

Realidad y ficción
Tanto en la película como en el libro del Quijote los personajes se saben entes de ficción, en el Quijote sucede cuando se enfrenta a que su historia ha sido escrita por un tal Cide Hammete Benengueli y el libro circula con éxito. En otros momentos se asume escrita por un tal Cervantes y don Quijote incluso entra a la imprenta donde el libro se produce. Nuestro verde personaje mira a la cámara y dialoga con el espectador y sus toscas manos son aquellas que pasan las hojas del cuento que se nos presenta. La realidad y la ficción se abrazan entonces surge la pregunta literaria y filosófica por excelencia ¿qué somos? ¿Quién nos ha creado?

El amor como respuesta
Ambos personajes tienen una amada por quien luchar, ninguna de ellas cumple con el estereotipo de la princesa y mucho menos del rol model femenino que se nos ha vendido desde la Edad Medial. Dulcinea es una porquera vulgar y malhumorada, Fiona una ogresa gorda y fea. Los personajes no son lo que debieran por que intentar comunicarnos que la verdad es relativa y que, es más factible encontrar amadas como Fiona o como Dulcinea que como Nicole Kidman y la Bella Durmiente. Que nuestros sueños son más la locura del Quijote que los trabajos de Hércules y que nuestros maridos desarrollan con mayor facilidad la estética figura de Shrek que la silueta de Brad Pitt.

Todos hemos leído el Quijote todos somos el Quijote. Hoy más que nunca Don Quijote se pasea y puede que mi ventana sea esta: la computadora desde la que escribo y la nube es sólo una mancha de tinta alojada en la memoria. Como antes el texto impreso, la Internet es una ventana donde convergen la ficción y la realidad y nos inventamos un personaje en una realidad virtual donde incluso se practica el sexo cibernético. Surge un ser más auténtico de nosotros mismos, pues como se atreve a decir Almodóvar en la película Todo sobre mi madre, en voz del personaje travestido: Uno es más autentico mientras más se parece a lo que aspira: somos seres incompletos compuestos de sueños y realidades buscando que estos dos mundos empaten algún día.
El Quijote
Shrek
1. Parodia de la novela de caballería
2. Escudero Sancho
3. Amor ideal Dulcinea que engrandece el amor del alma al carecer de belleza física
4. Parodia y crítica de su época: la reforma, crisis del imperio español
5. parodia del caballero
6. Uso del intertexto y el metatexto, técnica de pastiche (textos y personajes que se saben de ficción, uso de otros elementos textuales: otros personajes históricos y literarios. ej. Amadis de Gaula, el Rey Arturo, Cervantes mismo)
7. Planteamiento de la otredad. Versión del antihéroe: viejo, débil
8. Juegos temporales, es decir, se intrometen usos y costumbres de otras épocas en aras del ridículo
9. Participación del lector
10. Obra literaria autoreflexiva, metalingüística, es decir, la obra hace referencia hacia sí misma y hacia la literatura, es una literatura de la literatura, se asume ficción y se nutre y construye de sus mismos artilugios
· Parodia de los cuentos de hadas
· Escudero Burro
· Fiona, obedece al modelo de Dulcinea, pero además es representante o modelo de un nuevo estereotipo de mujer: valiente, irreverente y que busca igualar su rol al masculino
· Parodia la era de consumo, del imperio norteamericano, de los parques temáticos, la idea de la imagen y las apariencias sobre los valores humanos
· Parodia del ogro
· Uso del intertexto y el metatexto (cuentos y personajes que se saben de ficción, uso de otros elementos textuales: otros personajes históricos, literarios y fílmicos. ej. La bella durmiente, la cenicienta, personajes del mundo del espectáculo)
· Planteamiento de la otredad. Versión del antihéroe: el ogro
· Participación de la audiencia
· Obra fílmica autoreflexiva cine hecho de cine.
[1] Textos como El buscapié o Capítulo que se le olvidó a Cervantes de Juan de Montalvo dan cuenta de esta interpretación.
[2] Buen ejemplo de esto es el cuento “Don Q” de Rubén Darío
[3] Véase Vida de Don Quijote y Sancho Miguel de Unamuno

miércoles, 1 de agosto de 2007

Utopias un viejo invento


No hace mucho los críticos declararon la muerte de las utopías, es difícil pensar que un término que emerge de la ficción pueda ser declarado vivo o muerto, y más cuando dicho ideal aloja el deseo de la comunidad perfecta. La primera pregunta que surge es entonces, ¿cómo se puede declarar muerto un ideal? El siglo veinte fue testigo del desahucio de Dios decretado por Nietzsche; la muerte del autor en el arte y Fujiyama llegó a sostener la muerte de la propia historia. Lo cierto es que la historia se sigue escribiendo, las obras se siguen firmando a pesar del pirataje y tanto Dios, como la utopía, siguen alimentando todo tipo de sueños.
Hoy el fenómeno de la realidad virtual y, concretamente, experimentos como Second life, salen de las pantallas y sustentan nuevos mitos. Los temores afloran: están los que se sienten desterrados, incapaces de imaginar o los que especulan sobre las visiones apocalípticas de lo virtual que inunda aquello que llamamos realidad para asfixiarnos a todos.
En un intento por encontrar respuestas al suceso me propongo, como el personaje de John Nash (inspirado en el economista de carne y hueso) de la película Mente brillante, aislar los fantasmas para encontrar algo de certeza. La única aproximación desde mi perspectiva es la comparación con el fenómeno literario que encuentro afín a lo que hoy se da por llamar realidad virtual.
En mis clases de filosofía me enseñaron a partir del concepto primordial, en este caso sería el de realidad ¿Qué es la realidad? Me gusta pensar que se debe proceder como el visor de Google earth, vamos de la toma macro hasta intentar el mayor acercamiento posible. Metafísicamente hablar de realidad es hablar de todo cuanto existe y la existencia es conferida por un ser que percibe. Así, un sueño, un delirio, existen en cuanto una mente sensible es capaz de pensarlos. Cuando hablamos de un personaje como Mr. Hyde no podemos dudar de su existencia en la mente de quienes han leído el libro de Stevenson o al menos escuchado el nombre del personaje; hay una referencia mental que le da sustento; a mayor conocimiento más completo será el personaje y, aún así, todos los Mr. Hyde serán distintos en cuanto a que cada ser imprime en ellos su irrepetible interpretación. De ahí a afirmar que Hyde existe como existe el Presidente Calderón o como existió Cervantes hay una distancia enorme.
Los seres inmateriales tienen sus particulares formas de existencia; los personajes y atmósferas representados en la ficción (literatura, cine, teatro, etc.) están construidos con palabras, imágenes, formas y colores o actores que, mimetizándose con la realidad, diseñan una posibilidad alterna al orbe que nosotros, seres humanos, habitamos. De no existir un lector o un espectador que preste el software de su mente para darles asilo a estos mundos representados, ellos se extinguen como se han perdido tantos libros, películas y eventos que han sido borrados de la memoria (como los múltiples textos que se quemaron en Alejandría, los que desapareció la inquisición, etc.).
La física cuántica, por ejemplo, postula que la ‘realidad última' se parece poquísimo a nuestros modelos mentales de la misma, esta interpretación tiene mucho que ver con las posturas fenomenológicas que nos hacen pensar que la "realidad" es un modelo virtual generado por nuestros cerebros. Sin embargo, el gran riesgo es caer en el relativismo que ha contribuido a clasificar de postmoderno todo lo que es ambiguo, y ha vaciado de significado este término que hoy parece un gran basurero en el que todo cabe. Cuántica o no, virtual o no, tenemos certeza sobre nuestro destino mortal (al menos hasta hoy); sabemos que somos incapaces de volar sin recursos técnicos, y no dudamos ante un cúmulo de cosas más que no están sujetas a meras interpretaciones, de hacerlo, millones de idealistas se hubieran roto la cabeza por emular a Superman. En terrenos literarios y tomando a uno de los personajes más ricos en interpretaciones: el Quijote puede ser un loco, un soñador, la España en decadencia pero por ningún motivo cabe interpretar que Alonso Quijano es un travestido luchando en pleno Siglo de Oro por la igualdad de género.
Retomemos el concepto de virtual, en inglés quiere decir "casi". Originalmente, refiere a la esencia como potencia, anterior al ser formalmente reconocido como tal, y se opone a lo "actual". En este sentido, un feto sería un hombre virtual. Algunos dicen que lo virtual es lo "casi real"; otros hablan de lo "hiperreal”. Recuerdo el célebre monólogo del personaje travestido de la película de Almodóvar Todo sobre mi madre que dice que somos más auténticos entre más nos parecemos a lo que soñamos ser. Esta postura me parece un tanto romántica, en lo personal considero que si eso fuese cierto no habría necesidad de ser legitimados ante la mirada del otro y entonces podríamos recluirnos a soñar despiertos y, finalmente, nos tornaríamos en un libro que nadie lee, comenzaríamos a disolvernos como Fantasía en las fauces de la nada (Mihail Ende La historia sin fin).
Podemos afirmar hasta aquí que la virtualidad es una alternativa, un modelo que pretende recrear un mundo: una novela, una pintura, una película… Como actos comunicativos requieren de un emisor: autor; un mensaje: obra; un canal: papel y tinta, pantalla y proyector; pantalla y bits; diálogos y actores, etc.; un código: lenguaje, trazos, imágenes, etc.; un receptor: lector, espectador.
Las nuevas tecnologías, desde el cine funden varios códigos hasta llegar al teléfono celular que agrupa la imagen, la escritura, el audio, pero sobretodo, tienen una capacidad de transformación y velocidad de respuesta que no tienen las obras de arte. Mientras el arte persigue una experiencia estética y la respuesta o transformación que logra en el ser no es fácilmente medible, la interacción de las nuevas tecnologías sí es cuantificable. Su calida estética es discutible y motivo de otra reflexión, su pretensión es, ante todo, la simulación de libertad que permite ser creador y espectador al mismo tiempo.
Retomemos el concepto Second Life. Se trata de un sitio en Internet llamado Metaverso, término tomado de la novela Snow Crash escrita por Neal Stephenson en 1992. Este sustantivo ya es un genérico de espacios 3D donde los humanos interactúan social y económicamente como iconos a través de un soporte que es metáfora del mundo real. El título de la novela se refiere a la imagen de ruido proyectada por un televisor cuando pierde la señal. Este fenómeno alude al caos y la pérdida de información, lo que el autor denomina infoapocalipsis; es también parodia de la primera frase de la novela Neuromante de William Gibson, donde se compara el cielo con la imagen de un televisor estropeado. Snow Crash es la novela más popular del (sub)género literario denominado cyberpunk; cuenta la aventura de Hiroaki Hiro, un repartidor de pizza en el exterior y príncipe guerrero en el metaverso. Hiro descubre un poderoso virus informático que proyecta una imagen de ruido constante sobre un monitor lo que afecta a la capacidad del lenguaje. El responsable de todo esto es un delincuente apodado Cuervo quien provoca este fenómeno inspirado en una serie de mitos y leyendas relativos a Babilonia. Snow Crash es la novela de cyberpunk más vendida de los años noventa, considerada por la revista Time entre las 100 mejores novelas en inglés escritas desde 1923.
En este ciberespacio, los habitantes se llaman avatares. Semánticamente la palabra proviene del francés y del sánscrito, quiere decir descenso o encarnación de un dios, fase, cambio, vicisitud. En la religión hindú, encarnación terrestre de alguna deidad, en especial Visnú. Es un término relativo a la reencarnación, a la transformación.
Transformarnos, escapar por un momento de la realidad es un acto cotidiano, lo que asombra es la recreación a través de una pantalla de un simulacro que, por manejar tantos códigos de manera simultánea, permite la posibilidad de inventarse y hacer de inmediato que alguien más sea testigo del artificio; es un intercambio lúdico que nos devuelve a paraísos de infancia donde acordábamos ser piratas o princesas y nadie osaba cuestionar la veracidad de nuestro aspecto; tiempo suspendido donde una cortina podía ser una capa y un camisón el traje del baile. La lectura era un juego aparte, un escondite, la posibilidad de estar a solas.
Dicen los psicólogos que lo que arrastra a los orbes virtuales es la posibilidad de reintegrar aquello que en la vida real aparece disociado. Es literalmente una segunda oportunidad para internarse en espacios o experiencias de las que nos sentimos excluidos. En ese sentido los críticos parecen poner énfasis en las posibilidades de la virtualidad para suplir las limitaciones físicas y económicas del hombre común. Esta valoración es digna de la era materialista en que vivimos, no perdamos de vista que si la quimera es un avatar con el cuerpo y físico perfecto, que tenga ropa y casa suntuosas, es porque, actualmente, los valores sociales fundamentan la superioridad en estos términos. La realidad alternativa que surge del juego o de la invención, suple carencias y posibilita experiencias, ha sido siempre la misión de la fantasía en cualquiera de sus presentaciones. En ese sentido no encuentro ninguna deformación o novedad a la necesidad de evasión característica del hombre que ha sido motor para el entretenimiento y el arte. Lo que sorprende es que a través de una terminal y sin necesidad de salir de casa, se desarrolle un entramado social entre seres que no pueden tocarse o verse realmente. Como prueba de nuestra necesidad social es importante destacar que si antes se especulaba sobre seres imbuidos y solos, perdidos en la virtualidad, inventando parejas y destinos ficticios, la realidad comienza a imponerse y no a la inversa, lo que tanto asusta a la opinión pública.
Resulta mucho más interesante interactuar con una alteridad desconocida que no podemos manipular y tras la que suponemos un ser humano, un enigma como lo somos todos. Es el mundo virtual el que cada vez necesita más de la realidad para legitimarse y si las empresas multinacionales (Philiphs, Toyota, IBM, Reebok, Adidas, Sony BMG y CNET, etc.) están viendo en esto una oportunidad de negocio es porque los avatares usan dólares Linden (por Linden Lab, el laboratorio que creó el software), y nótese que se antepone el nombre de la divisa más importante del mercado, que posee un valor comercial validado por la “realidad exterior”. De no ser así, ninguna empresa estaría interesada. Actualmente la paridad es de 275 Linden por un dólar. Second Life mueve unos 60 millones de dólares al año. Mientras algunos sueñan, otros especulan y se enriquecen ¿qué no es este un juego antiguo?
En terrenos amorosos se cuentan leyendas de amor entre avatares que han abandonado casa y familia para seguir al nuevo amad@, pero sería muy ingenuo pensar que vivieron felices para siempre en Metaverso. Como toda fantasía tiene un gran poder erótico, pero llegará el punto en que las dos almas escondidas tras un avatar fenomenal necesiten verse y tocarse; reconocer su verdadero sexo, edad e intenciones.
¿Es diferente esta experiencia a los romances epistolares del siglo XIX? ¿No acaba la realidad por imponerse?
Retomando a la literatura y al arte para construir por alusión, podemos señalar que han sido utilizadas como herramientas moralizantes deteriorando con ello su calidad estética; también han sido y son víctimas del materialismo desmedido. Second Life es per se una experiencia de mercado, una hipérbole de los deseos de consumo que pretenden enfrascar la felicidad en tarros de crema. En la Tierra la cirugía cosmética y la moda son negocios hiperrentables, por qué no inventar un metaverso donde se puede comprar el color de piel, bíceps de Schwarzenegger o los ojos de Lindsey Lohan. En lo que toca al moralismo, no han faltado los cándidos que han querido civilizar este universo. En diciembre de 2006 se creo el Second Life Liberation Army (Ejército de Liberación), un grupo de "guerrilleros" que atacan a los avatares que se acercan a los locales comerciales y los trasladan automáticamente a otra parte del mundo para evitar que realicen compras. Incluso la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS) lanzó el año pasado el programa Second Life Relay For Life. Los residentes de este “paraiso” podían contribuir al trabajo de la sociedad comprando una camiseta virtual de la ACS para su avatar. ¿Les dará cáncer a los avatares o será que no olvidan que quien está detrás pondría padecerlo? La ONG española Mensajeros de la Paz creó a Jubilee un avatar morenito y sin hogar, para generar conciencia en sobre las necesidades de los niños pobres, la petición: "Ayuda a un niño a tener una segunda oportunidad en su Primera Vida". En dos semanas, las donaciones de los residentes destinadas a este cyberhomeless sumaron 30 dólares. ¿Metaverso o metamercado?
Varios analistas destacan las potencialidades educativas de este tipo de plataformas virtuales. Más de cien instituciones educativas tienen sede en el Second life. La Universidad de Harvard tiene una isla virtual que imparte conferencias sobre temas de tecnología. En terrenos políticos este sitio ya es una plaza para exponer plataformas de campaña y discursos de compromiso por los derechos del avatar. Me parece que la enseñanza en general y, particularmente la literatura, son enriquecidas sustancialmente con el uso de las nuevas tecnologías , pero, insisto ¿Quién invade a quién: el mercado a la educación; la virtualidad a la realidad?
Hace no mucho se enjuiciaron a los libros y muchos murieron por su causa; la pobre televisión sigue siendo víctima de la difamación; actualmente no alcanzamos a percibir que son el lenguaje y la comunicación echando mano de todos sus recursos los que, imparables como siempre, construyen puentes y carreteras, utopías y poemas, siempre productos que hacen homenaje a la gracia de esta vida que llamamos realidad y que se impone como siempre y lo ubica a todo en su sitio: Realidad.com