lunes, 8 de junio de 2009

Promesas ¿Seductoras?


Las palabras son seductoras, ya nos lo dijo Alex Grijelmo en su célebre libro La seducción de las palabras. En él cita a Karl Krauss quien combatió al régimen nazi interpretando las palabras de su propaganda “Es en sus palabras y no en sus actos donde yo he descubierto el espectro de la época”. George Orwell, en su tiempo, nos alertó sobre las metáforas moribundas, las frases vacías, la retórica pretenciosa y los eufemismos, en su famoso artículo Politics and the English Language. Como habitante de Toluca y Metepec me preocupa una nueva forma de demagogia política que se inscribe en las anteriores y que denomino como promesas románticas para la seducción del voto. Y es que nuestros políticos han optado por un lenguaje ambiguo, plegado de metáforas provenientes del léxico romántico. Para ejemplificar mi punto, me permito hacer en este espacio un ejercicio creativo. Tomo prestadas las frases de campañas de nuestros candidatos para escribir una misiva de amor a los votantes.
MUY AMADO VOTANTE:
Si me aceptas estoy dispuesto a Trabajar por ti (Lujambio PT) Para crecer juntos (Alfonso Bravo PAN) Y cONSTRUIR NUESTRO FUTURO (MAWAD PAN). Mantendré la casa limpia E ILUMINADA (Ma Elena Barrera PRI) dado que tengo una gran Pasión por servir (pri) Y Soy hombre de trabajo (Lujambio PT). Te pido por favor que Elijas creer(lo) (PRI). tE GARANTIZO SEGURIDAD PARA TU FAMILIA (NEMER PRI) VOY A CUIDAR A TU FAMILIA COMO CUIDO A LA MÍA (LUJAMBIO PT). El otro día que nos vimos te fuiste con las Manos limpias (pan) pero, créeme, ESTÁS EN BUENAS MANOS (LUJAMBIO PT) FUE UNA MALA EXPERIENCIA, Sí se puede (PRD) VERÁS QUE JUNTOS HACEMOS LA DIFERENCIA (bRENDA eSTEFAN PAN); te lo voy a demostrar. Dame una oportunidad y verás cómo me TE HARÉ EXCLAMAR Así sí…ASÍ sí ¡CLARO QUE SE PUEDE! (PRD). mis Acciones cambiarán tu vida (PAN). Como soy patriota no puedo decidirme si Primero México o primero Tú (PRI). Pero eso sí, te juro que SÉ ESCUCHAR (ANA LILIA HERRERA PRI) Y estaré:
Siempre cerca de ti (juan carlos núñez PAN)
Tu amado candidato
Si bien es cierto que muchos caímos por este tipo de frases, las mujeres de hoy en día estamos menos dispuestas a Mantener limpia la Casa como María Elena Barrera propone, y más preocupadas en tomar mejores decisiones que repercutan en nuestro entorno profesional, familiar y social. Por lo menos yo, lamento la falta de compromisos claros y potencialmente comprobables en el futuro cercano. Entiendo que Iridia Salazar desee que su bebé prefiera el deporte sobre las drogas, pero me pregunto ¿acaso son las únicas opciones del menú? Brenda nos dice que ella hace la diferencia y uno se pregunta ¿respecto a qué o quién? ¿Será que ella si tiene vigente su credencial de elector? El PRI se nos pone devoto optando por la fe en tiempos de pocas razones. Como caballero fuerte y formal Lujambio ofrece su trabajo, en cambio, los panistas se ponen cachondos y sólo querer estar cerca de ti o de mí, según sea el caso. Es notable la falta de imaginación que los conduce a elaborar frases en torno a un verbo elegido por el partido: escuchar, trabajar, servir, poder. El espacio es la casa y sus habitantes la familia. Casi todos se dirigen a la segunda persona del singular es decir a ti que por contagio se asume en mí. La parte del cuerpo favorita es la mano, unas veces limpia, otras, hospitalaria.
El inventario de palabras es raquítico y el vació de significado es evidente, tomemos una frase como referente: Acciones que cambiarán tu vida, terrible pleonasmo que nunca se compromete a cambiarla para bien o para mal. En mucho se parece éste slogan a la promesa de un borracho le a su mujer: te juro vieja que voy a cambiar. Al día siguiente y con los compadres, el mismo personaje alza su copa y confiesa: el nuevo salió peor que el anterior.

lunes, 1 de junio de 2009

El espejo de Leticia


Llega corriendo a comer, no habla con nadie. Su hermana es presumida, su madre ingenua y su padre ausente. Sube las escaleras a brinquitos y se tropieza con el perro Chat. Chat se enreda como una serpentina entre sus piernas y ella se siente secretamente feliz, no lo demuestra y continúa subiendo, ahora con parsimonia para encerrarse en su cuarto. Chat tal vez se pone triste porque a Leticia ya no le gusta ser Lety, sólo a ratos, cuando nadie está en casa. A Lety le encanta corretear por la sala y saltar en los sillones mientras Chat brinca y ladra ovacionando sus hazañas. La verdad es que nadie sabe bien lo que Chat piensa, su cola se detiene y se recuesta tras el portazo de Leticia resguardando fiel su intimidad. Ella se mira al espejo y se desdobla, aparece la otra en el espejo. La primera se levanta la playera rigurosamente blanca del uniforme de deportes, se saca el brasier con relleno y la otra mira con desaprobación los dos montículos raquíticos. La primera le avienta a la del espejo la playera y corre a conectar el ipod. La música grita la historia de una niña que quiere ser la princesa de la preparatoria y espera al príncipe azul a la hora de la salida. De nuevo se sienta ante el espejo tras ponerse unos pants. Comienza a llorar. Ninguna de las dos sabe bien por qué. Me gustaría poder contarte cómo es que las dos dialogan y construyen la vida pero sus frases están hechas de miradas, muecas e incluso de algunos bailes.
Su madre entra algunas tardes y le habla de su futuro, le advierte dulce o a gritos. Las dos Leticias se miran desconfiadas porque el futuro lejano sobre el que especula su madre es un planeta remoto, su vista no alcanza a mirar más lejos que a la fiesta del viernes.
Las calificaciones que parecen ser una obsesión para su familia, son sólo números tontos, lo difícil no es la prueba de Mate, le quita el sueño la ira de Fernanda, su mejor amiga, quien no le perdona haber besado a Joaquín el niño que les gusta a las dos, pero que Fernanda vio primero. Difícil resistir las ganas de probar un beso sin el riesgo de ser calificada de zorra. Difícil contener las nauseas que provocan un trago de cerveza o tener el valor de decir no ante el riesgo de parecer mojigata.
La del espejo cambia constantemente para desconcierto de la primera. Es como si cada que Leticia la mira un proceso alquímico funde un ingrediente nuevo a la niña escondida que ambas llevan dentro, esa que se esconde entre polvos traslúcidos y sombras de colores.
Yo quisiera advertirle como el Lobo a Caperucita que existen dos caminos uno corto y uno largo. Ella lo intuye y yo sé que cada día opta hacia el Sur o hacia el Norte y no puede mirar hacia atrás ni borrar las huellas.
Soy el espejo de Leticia, la miro con atención para guardar la cara que se ha de esfumar mañana.